Compañeros de viaje
Publicado el : 26/08/2014 10:15:36
Categorías : En ruta con Basilio
Ahora cuando viajo en tren o en autobús es difícil hacer amigos o más bien conocidos, hace años era sencillo, sobre todo debido a las horas que duraban los viajes y a las peripecias que pasabas, a las largas paradas de los autobuses, etc.También ayudaba mucho en los trenes el tema de ir divididos en compartimentos, de 8 personas, era una especie de Gran Hermano forzado, donde sin querer ibas conociendo las historias de los demás. Siempre había un momento de mucha tensión, que era quién empezaba a comer primero, en cuanto alguien sacaba el bocadillo, la tartera, el trozo de chorizo, etc. Y sonaba la famosa frase ‘si gustan’, era como el banderazo de salida, una fiesta gastronómica. Se empezaban a juntar olores, mejores y peores; tortilla, embutidos y el típico olor a plátano. No sé porque, pero alguien siempre llevaba un plátano de postre, se ve que es un postre fácil de transportar. Alguno se bebía una botella de vino a morro, y como no, al final de la comida, para acabar como un señor, sacaban el cigarrito y aunque niños como yo mismo, estábamos a centímetros, convertían el pequeño departamento en un Londres improvisado, que cuando acababa el viaje parecía que venias de una noche de juerga en locales de dudosa reputación. A veces hasta le cogías cariño a alguien, y te daba pena que se bajaran antes que tú, sabiendo además que nunca volverías a verlos, tenemos que recordar que entonces no había facebook, ni le podías dar tu mail a nadie. Todo esto te hacía que las 12 horas en ese pequeño cubículo, con algún paseo por el pasillo si podías, se te hicieran amenas, pues la conversación anima mucho, la otra opción era contar los postes de la vía, opción poco recomendable por el bien de nuestra salud mental.Ahora mismo todo cambia, la semana pasada monte en el AVE y recordaba todas estas historias. Dos horas ya te limitan la conversación, y sentarte solo con una persona al lado te limita aún más, pues no tienes opción, además sacamos los auriculares, la IPad, el móvil, etc. Y nos metemos en nuestro mundo. Y lógicamente ni de lejos se te ocurre sacar tú rico bocadillo de chorizo de la tierra. Yo aun así, intento, si veo posibilidades, sacar alguna conversación.La semana pasada coincidí con un hombre mayor, Riojano, con las manos llenas de callos de las viñas, y fueron dos horas y media de conversación muy interesante, la conversación evidentemente se centro en el vino, menudo curso, gratuito y de manos de un experto. Yo también le regale alguna noción de jamones y todos tan contentos, me abrió mucho los ojos respecto al mundo del vino, y es que, aunque vayamos muy entretenidos con nuestra electrónica, no tiene nada que ver, con una interesante conversación, te da pena que llegue el tren, pues siempre te quedas con ganas de saber más cosas.No es que eche de menos las épocas de tantas horas de tren, simplemente la memoria es así de selectiva y únicamente recuerdas las cosas agradables, tengo claro que se viaja mejor en un tren de los de ahora, sin que te ahúmen como un salmón Noruego, con aroma a plátano de canarias y con ligeros toques de chorizo de Salamanca. Lo que sigue siendo igual, es que no es recomendable contar los postes de la vía, y menos a 300 km por hora.Saludos y hasta la semana que viene.basiliogrande@hotmail.com